Un camino de ensueño a la vera de uno de los ríos más bellos de Asturias
Es un paseo que nos enamoró, muy peculiar, muy distinto a cómo nos lo imaginábamos. Nos cautivó por su enclave, su curso por prados , frondoso bosque con distintas tonalidades de verdes intensos a fosforitos. El camino va siempre al lado del río siendo sorprendente y fascinante como va cambiando su curso, pasa de fluir rápido, formando varias cascadas, grande poza, numerosos saltos de agua a bajar la corriente y parecer estancado conforme íbamos acercándonos al Mar Cantábrico. También cambia mucho la vegetación, atravesamos un pequeño bosque por un camino de tierra y barro, arboles por doquier a cuyas ramas nos podemos agarrar y cuyas raíces a flor de la superficie y del río se retuercen de forma pintoresca, todo ello cubierto de musgo. A medida que nos acercamos a la Playa, la vegetación va siendo más pobre debido a la salinidad. Se desemboca en la Playa Fluvial del río Guadamía, conocido también como el precioso Fiordo de La Xatera.
Como llegar y dónde aparcar
La ruta comienza en un punto limítrofe entre los municipios de LLanes (Llames de Pría) y Ribadesella (Cuerres). En el punto de partida mismo no hay donde aparcar, pero merece la pena ir a un gran parking situado a la entrada de Llames de Pría, con capacidad para 50 automóviles.
A un escaso kilometro, en dirección a Cuerres, seguimos el indicacor de la senda. Este nos lleva a un pequeño puente romano (reformado en la Edad Media) que cruza el río Guadamía que forma la frontera natural entre Llanes y Ribadesella.
Tras el puente, en la orilla izquierda, la riosellana pasamos por una pequeña portilla que debemos volver a cerrar.
Considerada patrimonio natural y de interés etnógrafico
Bajamos unas escaleras y vemos un canal, perteneciente al primero de los cuatro molinos que nos vamos a encontrar en la ruta. Es el que mejor está conservado ya que fue reformado en vivienda. Allí hay unos cuantos saltos de agua y una poza que nos «embriagan»- Una muela colocada en el canal nos facilita el paso. Este tramo transcurre por una finca privada delimitada. Por eso, los vecinos nos agradecerán pasar lo más discretos posible. Al final del prado pasamos por otra portilla al sendero. Cruzamos varias pasarelas de forma que vamos cambiando de orilla y de municipio jeje… A lo largo de la ruta vemos las canalizaciones y ruinas de los otros molinos y de pequeños puentes romanos, a modo de testigo de la importancia y afluencia entre vecinos en tiempos no muy lejanos.
Una ruta sencilla y maravillosa, apta para toda la familia.
El trayecto es de unos 4 km que se puede hacer en algo más de hora y media . Una vez llegamos a la Playa de Guadamía, podemos hacer el camino a la inversa o dar un paseo por el pueblo y dirigirnos al parking por la carretera en dirección Cuerres. Yo recomiendo lo último ya que el inicio oficial de la ruta es donde el puente romano y el camino es muy estrecho para cruzarse con gente.